Por qué rechazar la Educación Sexual Integral (ESI)

Por qué rechazar la Educación Sexual Integral (ESI)

El Ministerio de Educación de Chile busca incorporar a la malla curricular de todos los niveles escolares los programas de Educación Sexual Integral, según las recomendaciones de ONU y tal como lo hacen ya varios países, con los  objetivos explícitos de inculcar la tolerancia a las diversas manifestaciones sexuales, prevenir abusos sexuales, embarazos no deseados, enfermedades de trasmisión sexual y alcanzar la igualdad de género, correspondiente al 5° ODS (Objetivo para el Desarrollo Sostenible) de la agenda 2030.

Pues bien, aunque los objetivos detrás de la implementación de la ESI parezcan razonables y, algunos hasta deseables, hay que advertir que es incompatible con la concepción antropológica que ha dado fundamento a nuestra civilización. Esto porque la ESI se basa en la llamada “Perspectiva de Género” cuya ideología tiene sus raíces en las teorías psicosociales desarrolladas a partir de la Escuela de Frankfurt, que son una fusión del marxismo con las teorías freudianas de la sexualidad y la psicología. Son las teorías que han dado origen a las corrientes feministas más rupturistas, a los movimientos de liberación sexual y al gran combate del orden social basado en la familia y el matrimonio y, obviamente, de la maternidad, lo que socaba las bases morales de la sociedad y deshumaniza a la persona.

En efecto, la evangelización cristiana base de la civilización occidental, es la que permitió reconocer la dignidad intrínseca de todo ser humano, como persona única, irrepetible y trascendente.

Por lo tanto, es imperioso oponerse a toda intromisión estatal que quiera imponer educación sexual por sobre el derecho de los padres a transmitir sus valores y elegir la educación que consideren adecuada para los hijos.

No al adoctrinamiento.

No a la ESI.

Rebeca Garcés
Fundación Sara Philippi